domingo, 28 de octubre de 2007

El viento que agita la cebada


Compro mi entrada con media hora de anticipación y me siento a esperar. Me dispongo a leer la interesante programación del Festival de Cine Europeo que permanecerá hasta el 11 de noviembre en Lima. Cinco minutos después veo que la cola para ingresar ya se alarga hasta la calle. Inmediatamente me uno y veo la gran acogida que tendrá la película. Sentimientos encontrados: tendré que conformarme con el mejor asiento que pueda encontrar después de que aproximadamente 30 personas entren antes que yo; pero saber que tanta gente asiste a ver cine de calidad también me entusiasma.

En fin, un crítico de cine que he visto un par de veces en la televisión empieza a recomendarme películas. Pongo cara de interés y abren las puertas de la sala. Huyo del curioso personaje y encuentro un sitio cómodo. La cinta que veré es El viento que agita la cebada del británico Ken Loach.

La película aborda el tema de la Guerra de Independencia desatada en 1919 entre el Reino Unido y el ejército de la República de Irlanda (IRA, por sus siglas en inglés). La acción es vista desde el punto de vista irlandés, siguiendo las peripecias de dos hermanos pertenecientes a IRA. El mayor es el líder de la incipiente organización y el menor es un médico que piensa ir a Londres a trabajar como maestro, pero que finalmente decide luchar junto a sus compatriotas.

El filme se enfoca en la cruenta lucha entre los dos bandos y las ansias de los irlandeses por alcanzar la independencia. El ritmo de la película es intenso y plasma, por momentos crudamente, las atrocidades vividas durante el conflicto. Sin embargo, la película da un giro cuando cesa la guerra y se firma el tratado de paz que otorga mediana independencia a los irlandeses. Este hecho será tomado de diferente manera por algunos grupos, lo cual desatará una tan o más terrible guerra civil.

Loach refleja extraordinariamente las circunstancias sociales de un pueblo oprimido por otro. Es inevitable colocarse del lado de la población irlandesa al presenciar los abusos cometidos por el escuadrón inglés. La acción es permanente y el director la sabe llevar con buena mano, sin llegar a ridículas escenas patrioteras ni sentimentalismos pornográficamente conmovedores.

Pero el cambio que implica el paso de la guerra entre naciones a un enfrentamiento civil es el mayor punto a favor de la película. Percibimos el revés moral en los personajes, la confrontación entre ideales nacionalistas o ideológicos y las relaciones familiares o amicales. Allí reside la magistral mano del realizador, que con algunos diálogos o expresiones nos permite entender las desgracias sociales que acarrea toda disputa.

Sería impertinente seguir narrando la historia, pero es realmente destacable la ambiciosa producción que tan bien representa a la Gran Bretaña de aquellos tiempos. Esto, en conjunto con una estupenda fotografía, y actuaciones notables completan un trabajo que le valió la Palma de Oro del Festival de Cannes, y que tenemos la oportunidad de disfrutar en nuestra capital por unos cuantos días. Para no perdérsela.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante el articulo!y la descripcion de lo que sientes antes se entrar a un sala de cine, muy buena!! jeje.Me encanta tambien el trama dl filme que presentas!! parece ser muy bueno entonces tendre que verla! Gran articulo mi estimado Cobain!:D

Unknown dijo...

muy buena esta pelicula...