Jules y Jim son amigos inseparables. Comparten conversaciones, paseos, contiendas, libros. Todo es normal hasta que conocen a Catherine y tienen que compartir mucho más. Francois Truffaut dirigió esta obra maestra del cine mundial, ‘Jules y Jim’ (Jules et Jim – 1962), su tercer largometraje y una de las mejores películas que haya visto.
Cuando uno oye comentar la cinta, se encuentra con opiniones fuertemente contradictorias: algunos la adoran por su belleza mientras que otros la odian por vacía, soporífera. Tuve la oportunidad de leer estas críticas antes de verla y cuando la vi, lo digo sinceramente, no pude encontrarle el más mínimo error ni la más pequeña cuota de aburrimiento. Una película que me mantuvo enganchado de principio a fin. Con citas literarias valiosísimas (Shakespeare, Baudelaire, Wilde), una belleza naturalista impresionante, un guión exquisito y actuaciones entrañables de este trío maravilloso en el cual me permitiré destacar a la fabulosa Jeanne Moreau, o Catherine en el filme, tan fuerte en su actuar, impulsiva y frágil a la vez, tan incomprendida, entregando amor en su ‘torbellino de la vida’.
Truffaut nos brinda 100 minutos de una vorágine pasional tan sutil, nostálgica, casi trágica en la que el dolor, la felicidad pasajera, los celos, la resignación luchan contra aquella otra gran fuerza pocas veces admirada como es la amistad. Película imperdible a mi criterio que nos plasma todo ese estilo, esa fuerza y rebeldía de la nueva ola francesa, tan bien dibujada por un maestro como fue Truffaut.
Como cita uno de los personajes: “Jugamos con la vida y perdimos.”
Cuando uno oye comentar la cinta, se encuentra con opiniones fuertemente contradictorias: algunos la adoran por su belleza mientras que otros la odian por vacía, soporífera. Tuve la oportunidad de leer estas críticas antes de verla y cuando la vi, lo digo sinceramente, no pude encontrarle el más mínimo error ni la más pequeña cuota de aburrimiento. Una película que me mantuvo enganchado de principio a fin. Con citas literarias valiosísimas (Shakespeare, Baudelaire, Wilde), una belleza naturalista impresionante, un guión exquisito y actuaciones entrañables de este trío maravilloso en el cual me permitiré destacar a la fabulosa Jeanne Moreau, o Catherine en el filme, tan fuerte en su actuar, impulsiva y frágil a la vez, tan incomprendida, entregando amor en su ‘torbellino de la vida’.
Truffaut nos brinda 100 minutos de una vorágine pasional tan sutil, nostálgica, casi trágica en la que el dolor, la felicidad pasajera, los celos, la resignación luchan contra aquella otra gran fuerza pocas veces admirada como es la amistad. Película imperdible a mi criterio que nos plasma todo ese estilo, esa fuerza y rebeldía de la nueva ola francesa, tan bien dibujada por un maestro como fue Truffaut.
Como cita uno de los personajes: “Jugamos con la vida y perdimos.”
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